Un año de retos y oportunidades para el vino, dentro y fuera de México

A punto de cerrar el año, la tentación de hacer un recuento de lo vivido y disfrutado se hace irresistible. Tengo que agradecer muchas cosas buenas en varias facetas, y en particular en el mundo del vino: conocer y compartir vinos con excelentes personas, algunas vinculados directamente en la industria del vino, desde productores, hoteleros, restauranteros, distribuidores, amigos en los medios especializados, colegas bloggeros y por supuesto varios enófilos, muchos de ellos convertidos ahora en entrañables amigos.

El periodista René Rentería, Chef Pedro Ortega
 del restaurante "El Estoril" y los #Amiwines

A decir verdad algunos vinos no fueron memorables, pero eso si, las charlas, catas, debates y convivencia han quedado grabados en la memoria como grandes momentos.

Sin embargo el año por terminar fue un año difícil para el vino de todo el orbe. El comentario común de los exportadores de las principales regiones vitivinícolas: la reducción en ventas a nivel global a causa de la crisis que ha modificado los hábitos de compra de los consumidores, cambiando sus preferencias por gamas más económicas e incluso una reducción en la cantidad de dinero destinada a la compra de vinos.

Aún más notable es el hecho que poco a poco vamos aprendiendo a elegir y luego entonces vamos bebiendo vinos de mejor calidad.

En México en particular se ha mirado una tendencia en sentido contrario, Rodolfo Gerschman en su columna “Buenas noticias desde vinolandia” del diario Reforma comenta que en términos generales en el periodo de Octubre del 2009 a Octubre de este año, ha aumentado el  volumen de vino consumido en 9% y aumentó un estupendo 19% el dinero gastado en vino en comparación con el mismo periodo entre el 2008 y el 2009.

Para uno como enófilo es notable este aumento, quiero pensar que hemos ayudado con un granito de arena a acrecentar este interés del público por el vino, pero aún más notable es el hecho que poco a poco vamos aprendiendo a elegir y luego entonces vamos bebiendo vinos de mejor calidad. En su artículo señala Rodolfo: “Esto indica que nuestro consumo [en México], aún pequeño en comparación a lo que se bebe en Italia, España, Francia, Inglaterra o Estados Unidos, es muy dinámico y que los aficionados al vino beben cada vez mejor y, en consecuencia, gastan más en ello”

Yo estoy convencido que no existe una relación proporcional (y menos aún infalible) entre calidad y precio. No quiero decir que caro sea igual a bueno, y ni mucho menos que sólo lo económico es bueno, hay que buscarle. De hecho parte del juego consiste en encontrar y disfrutar vinos que te proporcionan un deleite completo a un precio bajo. Pero así es, conforme uno va aprendiendo a reconocer características agradables en los caldos, uno va perdiendo el miedo a invertirle un poco más.

Pero es un hecho que los clubes de catas han ido cumpliendo su misión en informar al público y a darle la oportunidad de comparar diversos vinos. Cada vez escucho más que la gente está dispuesta a probar vinos de diferentes regiones, dejando atrás convencionalismos de marcas y DO’s perfectamente posicionadas en la mente del consumidor, dándole oportunidad a otras regiones que no gozan de tal comodidad en la preferencia de los compradores.

Este año percibí una notable penetración de nuevas bodegas con diferentes líneas de vinos, sobre todo sudamericanas en los anaqueles de grandes superficies y de tiendas especializadas. Al mismo tiempo advertí un fuerte impulso de los países de tradiciones más longevas, a través de eventos de promoción de exportación como los que llevaron a cabo el ICEX, Sopexa y El Instituto Italiano para el Comercio Exterior, de los países España, Francia e Italia respectivamente.

Con respecto al vino mexicano, continúa la “Gran explosión de lo pequeño” como fue el título de una edición del año pasado de la revista Catadores. Muchos nuevos proyectos con muy diversos grados de calidad, hay quien celebra esta diversidad mientras existen algunos que critican fuertemente estas importantes diferencias de calidad entre cada bodega/proyecto.

Creo que depende de nosotros como consumidores simplemente aprender a elegir mejor y así los proyectos que carezcan de calidad carecerán de sustento y tenderán a desaparecer.

Algunos apuntan incluso que existe ya en México la necesidad de cierta regulación para controlar a los productores (de todos tamaños quiero pensar) y evitar que lleguen al mercado vinos cuya calidad no alcance un nivel mínimo. Un tema sumamente complejo, con aristas políticas, comerciales y técnicas que no creo se pueda resolver tan fácil. Pero me quedo con la idea que nos compartió Hugo D’Acosta en la charla que tuvimos en la inauguración de tienda La Contra Santa Fe en la Ciudad de México: que eventualmente habrá un periodo de consolidación y algunos proyectos madurarán y otros no podrán persistir. Creo que depende de nosotros como consumidores simplemente aprender a elegir mejor y así los proyectos que carezcan de calidad carecerán de sustento y tenderán a desaparecer. Pero no hay un vino, independientemente si es bueno o malo, que se pueda evaluar sino hasta que se nos revelan sus aromas y éste pasa por el paladar, lo que nos lleva a la necesidad de darles oportunidad a todos los proyectos. Una vez degustados, es posible el discernimiento.

Sin embargo, la competencia es muy intensa. Basta ver la diversidad de regiones, precios y estrategia de mercadeo de más de 2000 etiquetas que actualmente rondan en los supermercados, tiendas especializadas y club gourmets. En una pelea bastante aguda por los vinos del segmento por abajo de los $200 pesos mexicanos, con la participación de muchas regiones (DOs o delimitaciones geográficas) nuevas en el mercado nacional, principalmente de España, que tratan de tomar ventaja de Argentina y Chile, cuya oferta es francamente interesante, pero creo esos tres países llevan una cerrada carrera por la preferencia de los compradores.

Algo que me dio muchísimo gusto reconocer, la participación cada vez más decidida e informada de las mujeres en la compra y disfrute del vino. En las muestras y clubes de catas, sin tener un estudio sólido y completo al respecto, diría que hay un 50% de participación igual de hombres y mujeres. Ahora las chicas no tienen miedo a preguntar y defender sus preferencias sobre vinos tintos, blancos y en menor grado los rosados. Ya lo comentamos en el Podcast de Entre Copas y Corchos titulado “Las Mujeres y el Vino”, que las bodegas tienen una interesante oportunidad de abordar este mercado con una estrategia más franca con información real sobre viticultura y vinicultura, no sólo a través del diseño de la etiqueta o el color del vino, eso ha quedado atrás, hoy día muchas mujeres  andan por ahí bastante informadas reconociendo la tanicidad, y frutalidad de los vinos y además ha llegado toda una nueva generación de estudiantes de gastronomía con formación en vinos que a veces, hacen sudar a los representantes de las bodegas en las catas.

Entre los aspectos más positivos que deseo rescatar de este año a punto de concluir es el notable incremento de la participación de las bodegas en el terreno de Internet y específicamente de las redes sociales. Muy interesantes los ejercicios que además del parteaguas que fueron la primera y segunda ediciones de la #Catatwitter, las cuáles aprovechado la plataforma de Twitter hicieron eco a nivel nacional con la cata de vinos mexicanos.

Ahora se están realizando nuevas iniciativas de difusión de la cultura del vino como es la #WineTrivia (ve la presentación de la #WineTrivia) de la reconocida sommelier venezolana Maya García quien realiza trivias alrededor del tema del vino en Twitter y los ganadores de Argentina, Venezuela y México se llevan a casa diferentes premios. En particular en México han hecho una extraordinaria mancuerna Maya y Monte Xanic quien patrocina la #WineTrivia para nuestro país y ha enviado sendas botellas magnum de sus vinos a los ganadores en Monterrey, Guadalajara y Veracruz.

Por cierto en este año, perdimos una excelente revista, pero ganamos un mucho mejor portal de vinos, un referente de información al respecto. Un gran reconocimiento para los tapatíos, Carlos Valenzuela y sus socios que además del portal pusieron en el aire un estupendo podcast de Vinisfera. Creo que como medio han entendido muy bien la dinámica de las nuevas plataformas con los consumidores.

Desde hace un rato, algunas bodegas mexicanas habían hecho notar su presencia en Twitter, como es el caso de Abel Bibayoff de PasionBiba (@bibayoff), Alvaro Alvarez de Alximia (@alximia), La Redonda (@laredonda), Vinos Moebius (@vinos_moebius), Vinos Fratelli Pasini (@vinospasini) y de forma muy especial Monte Xanic quien ha tomado más en serio este canal, promocionando sus vinos e invitando a los consumidores a degustar sus productos, además de dinámicas como la que ya mencionamos.

Sin embargo, más allá del Twitter, también las bodegas mexicanas empiezan a incursionar en el blog como una forma de compartir con el público la experiencia de hacer vino, desde temas como "¿Qué es la clarificación?" o el “Ciclo de maduración de la vid” a través del blog de Pasion Biba de Abel Bibayoff, o las notas del Dr. Alejandro Cabello Pasini de Vinos Pasini en su blog que son deliciosas por los temas de carácter técnico que aborda.

Casos muy interesantes son los de los afamados enólogos Hugo D’Acosta y JOsé Luis Durand quienes aprovechan el blog en el caso de Hugo y Facebook JOsé, para compartir notas interesantísimas sobre la opinión en diversas áreas del quehacer enológico y empresarial actual.

Otra iniciativa bastante interesantes en términos de difusión de la cultura del vino en México son los eventos de “CatArte” una fusión entregada completamente al deleite de los sentidos con la estética como vehículo. Ya más de un autor ha afirmado que el vino es, de cierto modo, una forma de arte. Con el impulso de Alejandra del Río y sus socios, han realizado varios eventos en el centro de convenciones Expo Bancomer y en galerías, llevando etiquetas de diferentes países a un público ávido de aprender del vino y sus encantos.



Para el 2011, sería demasiado aventurado tratar de preveer lo que viene, generalmente las cosas importantes en cualquier esfera de la acción humana llega sin previo aviso, como lo demostraron la crisis por los créditos subprime o la fuga de información de wikileaks, no obstante hay algunas tendencias que podría señalar aunque le pediría al amable lector me dispense si al final del siguiente año se demuestra que muchas o todas las tendencias no se manifestaron.

Sobre el vino mexicano, me parece que seguirán apareciendo nuevos proyectos enológicos, y mucho más blends que monovarietales. Para nosotros los enófilos, ¡encantados! de descubrir y debatir sobre nuevos vinos, independientemente si éstos son buenos o malos, aunque esperamos que sean vinos de gran calidad por supuesto. Este año conocimos proyectos interesantes de regiones como Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes y Zacatecas (viene a mi mente el proyecto de ZonasMEX de Humberto Falcón), me parece que habrá nuevas propuestas de estas regiones que habrá que conocer.

Se ve mucho Bonarda y Torrontés Argentino en el futuro, en ese intento del país sudamericano de seguir creciendo más allá del Malbec, están apostando a nuevas cepas por atrapar a los consumidores con caldos de precios accesibles, muy aromáticos y muy frutales. Argentina creo ganará terreno en los anaqueles y en las cartas de los restaurantes.

Chile no se ha quedado y ni si quedará con las manos cruzadas al respecto, mayor presencia de etiquetas de “alta gama” de este otro competidor sudamericano que seguirá impulsando con toda energía sacudirse la ya anacrónica etiqueta que provee solamente vinos de calidad promedio a precios accesibles.

Veremos más Italia en el horizonte, una región importantísima en términos de producción y de calidad que por diversas razones (no muy claras para mi) ha quedado un poco rezagada con respecto a Francia y España en el mercado nacional, pero sin duda tienen con qué invertirle al mercado mexicano como pudimos Vitis Vinífera y su servidor la oportunidad de constatar en el 1er Salón del Vino Italiano con propuestas fuera de serie y a precios competitivos.

Tras el tremendo éxito de Casa Madero con sus blends quizás Santo Tomás, Monte Xanic y algunas otras bodegas de gran tamaño, empiecen a ofrecer nuevas mezclas de varietales en el rango entre los $200 y $300 pesos mexicanos que atrapen el entusiasmo del público, es un camino probado que demostró su viabilidad y el apetito del público por este tipo de vinos. Esperaría ver monovarietales más interesantes al mismo tiempo, quizás de mayor precio, pero que exploten cabalmente el potencial de los suelos y del know-how de winemakers y enólogos que han demostrado su capacidad, habilidad y amor por el vino de nuestros terruños.

Y ojalá, las redes sociales se vean cada vez más impregnadas de la participación de bodegas, sommeliers, especialistas y entusiastas del vino aportando y compartiendo contenidos interesantes, digo, actualmente existe un flujo muy bueno de información, datos y debates, pero siempre se puede mejorar.



Supongo habrá catas, cenas maridaje, ferias de vinos y mucho más, pero la verdad, con la oportunidad de compartir algunos vinos con buenos amigos y seguir aprendiendo sería más que sobradamente suficiente, ya recuerdo aquella frase de que lo importante del vino, es lo que pasa después de descorchar la botella

 A manera de cierre de un gran concierto de Soda Stereo, a todos… ¡gracias totales!

Dr. Salsa

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