Pinot Noir de Sudamérica: Amayna

Chile es un país privilegiado en cuanto a su viticultura. Protegido por cuatro barreras naturales: el desierto de Atacama, uno de los más secos del mundo, por el norte; la cordillera de los Andes por el este, los Campos de Hielo patagónicos en el sur y el Océano Pacífico en el oeste. En términos muy generales Chile es una gran extensión de valles flanqueados por montañas que permiten su ventilación y con ello, una notable sanidad de las vides. Una de las regiones más conocidas de este país sudamericano es Maipo en el Valle central, sin embargo, ha habido un proceso de expansión en los últimos años hacia el sur y al norte.
Corte transversal de las cadenas montañosas de Chile.
Durante el día, llegan a los valles las brisas 
frescas transportadas por la Corriente de Humboldt.
Por las noches los valles se benefician 
de las corrientes frías provenientes de los Andes.
(Diagrama cortesía de Wines of Chile)


De las regiones más nuevas en términos de viticultura es la de San Antonio, y dentro de ésta,  encontramos a Leyda, ubicada a escasos kilómetros del Océano Pacífico. Con una vocación tradicionalmente orientada al pastoreo y cultivos básicos como el trigo y la cebada, cambió su orientación después de la evaluación de las condiciones de la zona y más importante aún, con la construcción de un acueducto que transporta agua desde el río Maipo por una tubería que se extiende por ocho kilómetros.

Por otra parte, investigaciones de las condiciones topográficas sugirieron que las variedades de Pinot Noir, Chardonnay y Sauvignon Blanc podrían florecer exitosamemente en la región. A continuación la recomendación de un vino, precisamente pinot noir que ha dado notables resultados en el nuevo mundo, que llama la atención por lo peculiar de su región de origen.



Nombre del vino: Amayna Pinot Noir 2008
Productor: Amayna, Viña Garcés Silva
País: Chile
Región: Leyda, San Antonio
Variedades de uva: 100% Pinot Noir
Cosecha: 2008
Maduración: 12 meses en barricas de roble francés
Disponible en: Tiendas departamentales y Grandes Viñedos de Francia (Tel. 55 52645037)

En vista se muestra un vino color cereza obscuro, traslúcido de capa media con ribete ligeramente color teja. En nariz es un vino intenso pero elegante,  aparecen de inmediato las notas de fresa y ciruelas maduras, acompañados de frescos aromas de menta y eucalipto. Evoluciona lentamente en copa tornándose de los aromas frutales a las especies, es posible identificar después canela, un poco de hierbas aromáticas y más adelante entrega aromas de caramelo y café tostados. En boca es muy interesante, de ataque suave y delicado con una viva acidez que le da ímpetu a los aromas de frutas, con una tanicidad muy ligera y agradable, es un vino de cuero ligero pero de gran frescura en paladar con un interesante final largo sabor a cerezas maduras que invita al siguiente sorbo.

Diferente en comparación con los referentes clásicos del viejo mundo, sin embargo es un vino elegante y muy agradable. Con una orientación hacia la fruta y los mentolados. Sus sabores delicados van bien con alimentos que no tienen una sobrecarga de especies y condimentos como por ejemplo un salmón sellado con salsa de hongos, pasta en salsa de morillas, platillos agridulces como el lomo de cerdo relleno de chabacano, o bien con quesos como brie, camembert o incluso una ensalada con fresas y queso de cabra. En una postura un poco más osada... ¿qué tal unas fresas cubiertas de chocolate?... el paraíso en un bocado.

Un vino perfecto para todos, aquellos que van iniciando en el mundo del vino, interesante para los ya conocedores porque viene de una región poco común, con una tanicidad delicada que es muy agradable y con gran versatilidad para acompañar una comida, una reunión de amigos o una cena ligera.

¡Salud!
Dr. Salsa

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