Un Classico para disfrutar siempre... ¡vinazo!

¿Alguna vez le ha sucedido que las cosas no marchan como esperaba y de pronto un vino al final de la jornada convierte un día regular en algo extraordinario? Seguramente le ha sucedido y éste post está dedicado a un vino muy especial que al percibir sus aromas fue suficiente para convertir una buena velada en algo espectacular. Lo único que lamento, es que siendo aportación de @Vinifero no haya podido permanecer él para compartirlo. Es una promesa que en el futuro próximo descorchemos otra botella de éste magnífico vino ya que es de esos que merece la pena compartirse y si es con un amigo, el placer de disfrutar el vino se multiplica.

La tradición vinícola de los Antinori se remonta hasta 1385 más o menos un siglo antes del descubrimiento de América, cuando Giovanni di Piero Antinori se incorpora al gremio comercial Arte Fiorentina dei Vinattieri, a partir de entonces bajo el control de la misma familia han pasado 26 generaciones hasta nuestros días en dónde continúan ofreciendo vinos de gran prestigio bajo la dirección del Marqués Piero Antinori con el apoyo de sus hijas en la empresa.

La bodega afirma que parte del éxito ha sido la integración de innovación y respeto por la tradición y la tierra, concepto descrito en la frase: “antiguas raíces juegan un rol importante en nuestra filosofía, pero éstas nunca han detenido nuestro espíritu de innovación”.


A decir verdad la historia, reconocimientos e importancia de ésta bodega son tan amplios que se requerirían un grupo de posts dedicados al tema… que sin duda vale la pena discutir, tan solo imagine usted prevalecer numerosas guerras, el fascismo el ir y venir de las economías por no decir la evolución en la ciencia agronómica y vinícola. Más adelante les tengo una sorpresa con vinos de Italia, una de las regiones que me resulta tan enigmática como encantadora.

"Antiguas raíces juegan un rol importante en nuestra filosofía, pero éstas nunca han detenido nuestro espíritu de innovación" -Marqués Piero Antinori


Considero valioso compartir algunos datos sobre éste tipo de vinos. Como usted amable lector ya conoce, el Chianti Classico se ha convertido uno de los vinos icónicos de Italia y también es una de las denominaciones más antiguas del mundo. Lo que conocemos hoy día como Chianti Classico es el área original de producción en el noroeste de Italia delimitada inicialmente en 1716, la cuál por cierto, fue relegada al estatus de subzona en 1932 cuando la región de Chianti se expandió a otras partes de la Toscana. En 1996, el Chianti Classsico se distanció por sí mismo de los vinos menos agraciados, típicamente adornados con empaques en forma de canasta de mimbre que han hecho pasar una mala jugada a más de un consumidor, que ha caído en la trampa de pensar que un vino con la DOC Chianti era suficiente para considerar un vino de calidad.

A partir de 1996 se convirtió en una denominación independiente con sus propias reglas de producción que mejoraron considerablemente su calidad hasta niveles de excelencia.

El Chianti Classico se produce en dos formas: los jóvenes también llamados de annata fresca, son liberados un año después que ha sido vendimiada la fruta y que se recomiendan consumir rápidamente y el Chianti Classico Riserva. Los riserva deben ser añejados por dos años antes de su liberación y resultan ser vinos más estructurados, con un enorme potencial de evolución para las grandes cosechas.


Bajo su código de producción, los Chianti Classico deben ser realizados con un 80%-100% de uva sangiovese. Intensa investigación clonal sobre la sangiovese ha mejorado enormemente la calidad de ésta uva considerada por algunos de difícil vinificación, Kerin O’Keefe la ha descrito como “inconsistente”. La realidad es que muchos productores aún hoy día prefieren las mezclas con otras uvas. Merlot y cabernet sauvignon permanecen como las uvas más populares para éstos blends, aunque algunos ya empiezan a experimentar nuevamente con uvas locales como la colorino y canaiolo.

O’Keefe afirma: “Vinos realizados enteramente con Sangiovese tienden a mostrar aromas de tierra y florales, con una acidez marcada que se balancea con aromas de cerezas y taninos firmes, mientras aquellos realizados con Merlot tienden a ser más redondos y suaves con frutas en comporta “.


Fue tan delicioso éste vino que aún ahora que escribo éstas líneas, recuerdo la intensidad de los aromas y la elegancia del mismo. Confieso que mi opinión está sesgada a los vinos italianos, quizás me llama la atención que es una región cuya complejidad histórica y normativa con sus diferentes denominaciones ha dificultado su penetración en el mercado mexicano. Y es una verdadera lástima, porque algunos de sus vinos son soberbios y a diferencia de la opinión común... son de precio accesible en comparación a otras opciones.

Nombre del vino: Marchese Antinori Chianti Classico
Productor: Antinori
País: Italia
Región: Toscana (Viñedos propios de Antinori: Santa Cristina, Pèppoli y Badia en la zona Mercatale Val di Pesa.
Denominación: Chianti Classico DOCG Riserva
Variedades de uva: 90% Sangiovese, 10% Cabernet Sauvignon y otras uvas tintas complementarias
Maduración: 12 meses
Alcohol: 13.5% Vol.
Cosecha: 2003
Precio: $500 MXP (Vinoteca)

A la vista se presentó un vino de color granate obscuro de capa alta con un ribete rosado, en nariz empezó un exquisito viaje de complejos aromas. De gran potencia aromática se percibía con deliciosa intensidad los aromas de frutas rojas y negras maduras, diría yo que a cereza negra madura digamos casi en compota. Fruta acompañada de una sinfonía de aromas secundarios y terciarios: ceniza, tiza, menta, hierbas aromáticas, roble, resinas, café tostado, especies… en fin, realmente fue evolucionando en copa entregando cada vez una familia aromática cada vez más atractiva e hipnótica. Lo más exquisito de éste vino es que la nariz te prepara mentalmente para un vino de gran intensidad de fruta en boca, pero no hay experiencia más agradable que percibir su ataque suave y la elegancia con la cuál los sabores a fruta van dando paso a una mezcla de sensaciones complicadas para desmenuzar: maloláctica presente más tostados de la barrica acompañados de una sutil acidez que hizo contrapeso a una tanicidad muy pulida. Un vino sin aristas, son de esos que te enamoran desde el primer sorbo. (En un momento tomé la botella para tomar una fotografía y confieso que estuve tentado a desaparecer del sitio con la botella en mano, pero habría traicionado mi principio de que el vino es para compartir... así que diligentemente la regresé a su sitio -cuento con testigos-). En boca su paso aterciopelado concluyó con un delicado final de diversas sensaciones gustativas, a frutos secos y especies para desvanecerse con un largo sabor a frutas azules maduras (Disculpe usted amable lector, escribo éstas líneas salivando de sólo recordar éste vino).


En conclusión un exquisito vino que te entrega mucho más que lo que implica su precio y una recomendación ineludible para entender los conceptos de equilibrio, redondez y elegancia en un vino.

Para nuestros amigos que compartimos ésta pasión de winegeeks y que pudiera aburrir a muchos (a quienes sugiero saltar ésta sección), deseo compartir algunos detalles que muestran el cuidado que se requiere para crear un vino de éstas características.

Sobre el clima se lee a partir de la ficha técnica del vino: “2003 será recordado como uno de los años más calurosos de los años recientes. A fines de Marzo la estación climática de la bodega registró temperaturas máximas arriba de los 20°C, ascendiendo por arriba de los 30°C a inicios de Mayo para llegar cerca de los 40°C en Agosto. Un total de 2400° durante el día fueron registrados como la suma calórica (la cuál expresa la energía recibida por el viñedo durante su fase vegetativa-productiva) sensiblemente alta en comparación con el promedio de 2000°. Desde inicios de Junio hasta la cosecha ocurrieron sólo cuatro lluvias significativas, casi una por mes, las cuáles permitieron la maduración de las uvas a pesar del agua limitada”


En cuanto a la vinificación, Antinori publica: “Dado el clima, algunas cosechas del Marchese Antinori tuvieron lugar tempranamente: algunas uvas Cabernet y Sangiovese se encontraban maduras para mediados de Septiembre. La vinificación se adaptó al uso de técnicas más adecuadas para un año de clima caluroso: se permitió una maceración a 25°C durante un máximo de siete días para la Sangiovese y de diez días para la Cabernet a fin de realizar una rica extracción de los componentes fenólicos de la uva. La fermentación alcohólica de ambas variedades tuvo lugar por separado en tanques de acero inoxidable y la principal técnica de extracción fue el déléstage. Cuando la fermentación maloláctica se completó los vinos fueron trasegados. La fermentación maloláctica surgió de forma espontánea antes del fin de Noviembre en barricas de primer y segundo uso de los bosques de Allier y Tronçais. Los vinos fueron mezclados al final de la fermentación maloláctica y permanecieron por 12 meses con flujo de aire cuando fue necesario. Al final del período de crianza el vino fue evaluado barrica por barrica realizando la selección necesaria a partir de la cuál se embotelló. Después de un año en reposo en botella fue liberada finalmente al mercado”


Sobra decir que éste vino no intentamos opacarlo con algún alimento, ya que hay vinos que por sí mismos son un manjar. Sin embargo es un vino que podría maridar de forma estupenda (que esto ya es especulación) con quesito manchego español de buena calidad o con una pasta en salsa de morillas (como la que ayer me discutí en una excelente reunión de amigos enófilos) cubierta de un poco de queso parmesano rallado será una buena armonización. Pero honestamente, yo le diría que lo disfrute sin más armonía que una grata compañía en una velada de larga charla, sonoras risas y cómplices miradas (usted ya me entendió ¿cierto?).

¡Salud!
Dr. Salsa









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Enlaces externos:
Antinori
Vinoteca

Comentarios

  1. Dr. Salsa:

    Al leer tu entrada me vienen a la mente varias cosas; en efecto cada vez que veo impresa la añada 2003 en vinos europeos, no dejo de pensar en mucha azúcar residual que bien puede traducirse en vinos golosos y de alcoholes altos, además de falta de acidez, pero no todos presentan los mismos problemas en el mismo grado. Italia tiene mucha tela donde cortar, por desgracia llega muy poco, nunca he visto por ejemplo, algún Carema de Ferrando, que a 20 dólares por botella no tiene competidor, pero claro, son vinos casi artesanales que llegan por cuentagotas a mercados más grandes que el mexicano. Y por último, creo que es una pena que se esté generalizando el uso de variedades "mejorantes" como le llaman en España, cuando existen variedades autóctonas de tanta calidad, o sino que le pregunten a los portugueses. Hace mucho que no abro algo de Antinori. Pero se antoja... aunque sea 2003 :-)

    Saludos

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  2. Hola Benjamín,

    ¡Wow! Ciertamente no tengo un nivel de experiencia tan amplia sobre vinos europeos en específico de la cosecha 2003, pero a partir de las notas de Antinori y su opinión, la cuál respeto enormemente, creo en el clima adverso ese año y la dificultad de hacer buen vino.

    Sobre Italia en el 2003, Wine Advocate publica:
    Piemonte Barolo, 90I
    Piemonte Barbaresco, 89I
    Toscana: Brunello di Montalcino, 89I
    Toscana: Chianti Classico, 92I
    Toscana: Maremma 89I

    En dónde:
    96-100 = Extraordinary
    90-95 = Outstanding
    80-89 = Above Average to Excelent
    ...

    y sobre la clave de añadas:
    I = Irregular, even among the best wines
    T = Still Tannic, youthful, or slow to mature
    R = Ready to drink
    NT = Not Yet Sufficiently Tasted To Rate
    NV= Vintage Not Declared

    Aunque tomo con reserva ésta información, percibo que al menos los vinos de Chianti Classico fueron bien calificados.

    Del vino italiano lamento mucho ésta situación: hay demasiado poco en México y así como España y Francia, deben haber excelentes opciones. Pero no llegan a nuestro mercado.

    Buen tema el de la tendencia en general, por ejemplo de España de "modernizar" sus vinos, al tiempo que cada vez escucho más de parte de enólogos y bodegueros de regresar al terroir, buscar la creación de vinos con personalidad propia y por supuesto, revisar las variedades locales. Empiezo a creer que es un tema cíclico. Pero saber de ello, tomará años.

    Portugal me ha sorprendido aunque he probado pocos vinos de ése país. Tengo tarea al respecto.

    Este vino Antinori me gustó mucho, lo recomiendo muchísimo.

    Saludos

    Dr. Salsa

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